Foto: Andina
Así, ahora es posible observar, ya no desde abajo, sino más bien desde arriba, los edificios que antes dominaban las alturas del centro financiero de San Isidro. El de Petroperú, el Chocavento y los demás han tenido que resignarse a lucir bastante empequeñecidos ante el nuevo monarca de las moles de cemento, acero y vidrio.
¿Pasará mucho tiempo para que el Westin pueda ser contemplado desde arriba, desde alguna otra edificación de mayor tamaño, o siquiera de su mismo porte? Por la forma en que se mueve nuestra economía, y, dentro de ella, el negocio inmobiliario, parece que no.
Fuente: Desarrollo Peruano
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